El pasado mes de Junio visité en la ciudad de México la exposición El Arte de la Indumentaria y La Moda en México, un foro donde se presentaron más de 400 vestidos diseñados y hechos en México a lo largo de 75 años, y que en su conjunto relatan los orígenes, la evolución y el reflejo de la cultura y sociedad Mexicana a través del vestido.
Esta presentación resultó de un trabajo de colaboración entre El Banco Nacional de México a través de Fomento Cultural Banamex, A.C., la Secretaría de Cultura a través de la Dirección General de Culturas Populares y del Instituto Nacional de Antropología e Historia, El Palacio de Hierro y Vogue México.
Dado que en Septiembre celebramos el aniversario de la Independencia de México, en Octubre del descubrimiento de América, y en Noviembre celebraremos el de la Revolución Mexicana, decidí compartir este artículo, que si bien para muchos puede parecer material obsoleto para publicación (pues la exposición inició en Mayo y tuvo fin en Septiembre), a mi parecer merece la pena ser compartido, pues la exposición nos regala un paseo por el tiempo que refleja nuestra rica, valiosa e influyente historia, y aunque ya no está disponible para visitarla, yo puedo permitirte el acceso a ella.
Sin intentar tomar un rol como historiadora el día de hoy, me permito citar la justificación de la exhibición documentada por los creadores para contarte sobre su contenido:
Desde siempre, la vestimenta ha sido considerada un código a través del cual se pueden definir comportamientos, un cierto status social o la pertenencia explícita a cierto grupo o cultura. Fue en el siglo XX, con el concepto de “arte total”, cuando empezó a representar algo más: un medio de comunicación, un lenguaje articulado por signos, a veces imperceptibles y que no obstante son descifrables casi a golpe de vista. Ya en el siglo XX puede afirmarse que el vestido es parte de la idiosincrasia del pueblo y que refleja su cultura y su forma de ser.
Esta muestra presenta al público la gran riqueza textil desarrollada en el país en torno a la indumentaria y la moda. En México se tejen fibras destinadas al vestido desde hace unos dos mil años. Una vez dado el mestizaje, ese hilo que nos teje concretó nuestra identidad. Las prendas aquí expuestas tienen hilvanes de raíces indígenas y europeas, y en menor medida, árabes, asiáticas y africanas.
La indumentaria habla de la tradición, del canon cultural. En México, durante la primera mitad del siglo XX, había por lo menos 69 pueblos originarios, en los cuales la comunidad total utilizaba un atuendo distintivo. El periodo posrevolucionario rescató esas aportaciones textiles y las incorporó al concepto de nación que rigió durante el resto del siglo. Paralelamente, desde los años cuarenta se inicia el reconocimiento de los primeros diseñadores- creadores de moda tanto de carácter internacional como los que proponen conexión con las raíces, que se irán sucediendo e irán consolidando su importancia a lo largo del siglo. De esa convivencia entre la indumentaria indígena y la moda occidental surgió un enriquecimiento estilístico en ambas direcciones, y éstas pasaron a formar parte de nuestro patrimonio estético.
Ésta es la primera exposición en la que, frente a frente, las culturas que nos conforman nos hacen ver sus orígenes y su contemporaneidad artística.
Ahora, hagamos un recorrido cronológico en donde te comparto fotografías con las prendas que más llamaron mi atención, porque creo que reflejan la gran influencia que tiene el pasado en las propuestas y siluetas de moda de hoy. Te cuento un poco sobre ellas:
La Moda Indígena
De autores desconocidos, ambos atuendos brillan con sus aplicaciones de lentejuelas y chaquiras, entre otros detalles de símbolos patrios. El de la izquierda pertenece a la colección Indumentaria Mexicana de Luis Márquez Romay. Universidad del Claustro de Sor Juana. El de la derecha es un préstamo de la col. Museo Textil de Oaxaca y data del año 1950; el rebozo, de Santa María del Río, San Luis Potosí, es de 1980.
Tehuana coronada de resplandor, su atavío es terciopelo negro bordado con hilos de algodón en punto de relleno matizado. Indumentaria de Juchitán, Oaxaca. Un personaje de la historia de nuestro país quien usó con gran elegancia prendas de arte popular mexicano, aún cuando en su época no era bien visto usar indumentaria indígena, fue Frida Kahlo. El vestido de tehuana fue la pieza clave que ella eligió como declaración de su herencia cultural e ideología política.
1940 – Hacia una Moda Mexicana
1950 – La Consolidación de los Diseñadores
Tao Izzo y Pani diseñaron el vestido con que fue retratada Silvia Pinal por Diego Rivera, en 1956.
1960 – Una Ciudad de contrastes y nuevos bríos
Los Juegos Olímpicos de México 68 promovieron una propuesta de diseño donde la moda fue parte esencial del proyecto estético, como puede verse en este conjunto atribuido a Julia Murdoch. El proyecto integral fue coordinado por el Arq. Pedro Ramírez Vázquez y el logotipo, diseñado por Lance Wyman, combinó las formas de la iconografía tradicional mexicana, principalmente de la cultura huichol, y el pop-art.
A la derecha, vestido de satén amarillo, organza de seda con bordados florales en hilo metálico, una pieza de 1970 creada por Manuel Méndez (1930-2014), conocido como “el padre de la moda mexicano”. Él inició en 1961 en el mundo de la moda, su estilo se caracterizó por ser elegante y exclusivo para la socialité mexicana, vistiendo a esposas de embajadores, primeras damas y personalidades de la talla de Dolores del Río, María Félix, Silvia Pinal y Beatríz de Saboya, reina de Italia.
1970 – De vuelta a lo Mexicano
Las políticas públicas y comerciales de los años setenta se orientaron hacia una economía cerrada, en donde se privilegió lo hecho en México. Desde el Estado se promovieron las expresiones nacionales, lo mismo en el vestir que en la forma de vivir. Conforme la sociedad mexicana creció y se diversificó, la moda también lo hizo, y en este ámbito los años setenta fueron un momento de búsqueda de identidad y de definición de mercados y de nuevos foros profesionales.
1980 – La consolidación de la Moda de México
En México, la década se inició con crisis económicas, que en el ámbito que nos ocupa se vieron reflejadas en el cierre de tiendas y negocios tanto de diseñadores como de confeccionistas. Por otro lado, fueron los años de la profesionalización y de la conformación de un gremio que trabajó para generar los engranajes que más tarde conformarían el complejo, diverso y cambiante sistema de la moda en el país. Se formalizó la educación y surgieron las agencias de modelos profesionales en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. El lanzamiento de Vogue México en 1980 marcó el surgimiento de nuevas publicaciones nacionales e internacionales orientadas al tema: Cosmopolitan, Vanidades, Activa y Tú.
1990 – Crisis y Oportunidades
El Tratado de Libre Comercio, firmado por México, Estados Unidos y Canadá, abrió las puertas a las importaciones y generó una competencia a la que el sector de la moda nacional no estaba acostumbrado. Muchos diseñadores no sobrevivieron; otros apenas lo hicieron para después enfrentarse a una tremenda crisis económica que mermó no sólo a ese sector, sino al país entero.
En esa década se consolidó la personalidad del diseñador como ente creativo, al que se le abrieron distintos foros para presentar su trabajo, además de que se convirtió en personaje público con constante presencia en los medios de comunicación, incluida la televisión.
Un nuevo siglo
Con el nuevo siglo llegó el internet y con ello la inmediatez de la información. El ámbito de moda también dio un giro considerable: ahora era posible conocer al momento las tendencias en las grandes capitales y las propuestas de los diseñadores punteros. Para presentar sus trabajos en las tradicionales semanas de la moda, en México surgieron nuevas plataformas electrónicas, así como proyectos digitales como Google Plus Fashion México. Se publicaron revistas independientes como Manglar, Celeste, Código y Spot y otras de grandes grupos editoriales como Harper’s Bazaar, Elle, Vogue y Vanity Fair.
La moda en México es hoy una realidad que está además en pleno crecimiento. Es necesario entenderla no sólo como un fenómeno social o de mercado, sino como una parte esencial de la cultura nacional.
Conoce más sobre esta exposición en http://fomentoculturalbanamex.org/moda/